Con el agente de la Mossad: El ministro Werthein y Milei ¿no iban a achicar el Estado? Oficializan nueva figura de «embajadores comerciales»

El Gobierno de Javier Milei, de la mano de Gerardo Werthein, ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, sigue apostando a la desregulación extrema y, esta vez, le tocó el turno a la diplomacia. En un intento por atraer inversiones sin gastar un peso, la Cancillería oficializó la figura de “embajadores comerciales ad honorem”, una jugada que busca suplir la falta de recursos con voluntarios sin salario ni experiencia comprobada en relaciones exteriores.

Según el decreto 43/2025, estos “embajadores” no recibirán sueldos ni compensaciones económicas, pero tendrán la tarea de representar al país en materia comercial. Es decir, Argentina dependerá de la buena voluntad de empresarios y lobistas para negociar acuerdos internacionales. Mientras tanto, el propio Gobierno sigue desmantelando la Cancillería, dejando a los diplomáticos de carrera en un rol cada vez más ornamental.

Lejos de ser una estrategia innovadora, esta medida es vista como un nuevo parche de una gestión que improvisa sobre la marcha. No hay ninguna garantía de que estos embajadores realmente logren atraer inversiones, y mucho menos de que representen los intereses del país por sobre los suyos propios.

Con esta decisión, Milei refuerza su modelo de “Estado mínimo”, en el que cada vez más funciones críticas quedan en manos de privados. Ya lo hizo con la cultura, la educación y la salud; ahora, la diplomacia argentina también queda librada a la buena voluntad del mercado.